miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿Cómo contar bien un cuento?




Contar un cuento posee muchísimas más ventajas que simplemente leerlo. Por ejemplo, narrar un cuento nos da gran libertad de interpretación, lo que hace que un mismo cuento no parezca el mismo si se cambia la situación.

Otro aspecto importante es la expresividad del narrador. Todo nuestro cuerpo (ojos, manos, boca, voz…) debe ser lo suficientemente expresivo como para que el que nos esté escuchando pueda disfrutar de la historia.


Para poder recrearnos con el relato debemos jugar con nuestra voz, con nuestra mirada, con nuestros gestos, la cual nos ayudará a expresar con más intensidad y claridad los sentimientos.


Gracias a nuestro énfasis al utilizar todos los recursos, será más fácil lograr captar la atención del pequeño. En la lectura, el niño sólo tiene que limitarse a recibir los estímulos, mientras que cuando le contamos el cuento, debe interpretar y procesar la información recibida.



La atención también se ve incrementada gracias a la emotividad y sensibilidad del cuentacuentos. A esto, además, debemos sumarle el encanto de la personalidad del narrador, lo que hace la conexión con el oyente sea más rápida e intensa que sólo leyendo.


Un efecto añadido que puede acompañar a una buena narración es el uso de soportes visuales: muñecos, dibujo  que también ayudan a potenciar la expresividad de quien esté contando la historia.

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