El es un relato de hechos maravillosos protagonizado por personajes sobrenaturales (dioses, semidioses, monstruos) o extraordinarios (héroes). En cambio, la leyenda, es una narración tradicional o colección de narraciones relacionadas entre sí de hechos imaginarios pero que se consideran reales.
El mito, en general, es una narración que describe y retrata en lenguaje simbólico el origen de los elementos y supuestos básicos de una cultura.
Es un relato de hechos maravillosos protagonizado por personajes sobrenaturales (dioses, semidioses, monstruos) o extraordinarios (héroes).
La narración mítica cuenta, por ejemplo, cómo comenzó el mundo, cómo fueron creados seres humanos y animales, y cómo se originaron ciertas costumbres, ritos o formas de las actividades humanas. Casi todas las culturas poseen o poseyeron alguna vez mitos y vivieron en relación con ellos.
La Pincoya
En cambio, la leyenda, es una narración tradicional o colección de narraciones relacionadas entre sí de hechos imaginarios pero que se consideran reales.
A veces se da una mezcla de hechos reales y de ficción, aunque se parte de situaciones históricamente verídicas. La palabra procede del latín medieval legenda y significa ‘lo que ha de ser leído’.
Ambos, mitos y leyendas, constituyen un relato que revela las más arraigadas costumbres y creencias criollas y son un reflejo de la identidad de un país.
La Calchona
Muchas son las versiones que se han tejido en torno a la fantástica historia de la Calchona. Mientras algunas personas se refieren a ella como una mujer fea y malévola que ataca a los jinetes, otras dicen que, tomando forma de animal, ataca a los hombres desobedientes e infieles. Existe, además, la versión de la mujer que por las noches se transforma en diferentes animales.
Aquí te presentamos una de ellas: cuenta la historia de un matrimonio que vivía sin problemas en el campo, junto a sus dos hijos. Sin embargo, la familia no sabía que la mujer era bruja y que en su hogar escondía varios frascos con unas cremas que, al aplicarlas sobre su cuerpo, le permitían transformarse en el animal que ella eligiese. Todas las noches realizaba el rito de colocarse los ungüentos y salir a pasear por los campos. En la mañana regresaba, se aplicaba sus cremas y volvía a recobrar la forma de madre.
Así pasó el tiempo, hasta que un día sus hijos la vieron, e imitando a su mamá se pusieron las cremas, transformándose en múltiples animales. Pero cuando quisieron volver a ser niños, no supieron cómo, y convertidos en animalitos se pusieron a llorar. El padre despertó con los sollozos de los hijos, pero su sorpresa fue enorme, pues en lugar de verlos a ellos encontró solamente pequeños animales. Con inteligencia, logró encontrar el frasco con la pócima indicada y consiguió que los niños se transformaran nuevamente en niños; pero para evitar que les volviera a ocurrir lo mismo, tomó las cremas y las botó en las aguas de un río.
La madre, convertida en oveja negra, regresó a su casa, comenzó a buscar sus cremas por todos lados, y como no pudo encontrarlas, quedó para siempre convertida en ese animal. Por eso, cuando se siente balar una oveja negra que vaga de noche sola por los campos, los campesinos saben que se trata de la Calchona. Todos acostumbran dejarle un plato de comida para que se alimente, ya que es totalmente inofensiva.
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