martes, 21 de julio de 2009

Mitos


Hoy día te voy a decir lo que es un Mito

Los mitos no son dogmáticos e inmutables sino que son fluídos e interpretables.
Cómo interpretar un mito?
"Mito" es una fábula religiosa, una ficción en la que una cosa representa a otra diferente. Un mito es, pues una forma de explicar los sucesos o acontecimientos que más importan a los hombres. Por ejemplo, por qué hay enfermedades, por qué existe el sufrimiento, qué pasa después de la muerte, por qué las plantas brotan y se marchitan, cómo surgió el universo. "Mito" es una persona o cosa rodeada de extraordinaria estima. Nos hablan de hombres y mujeres que destacan de los demás por sus cualidades en un determinado campo (deporte, cine, música), y hablamos, por ejemplo de Rafael Nadal como un "mito" del tenis.


Aquí te dejo este mito.



La Sirena
La Sirena, hermosa mujer mitad pez y mitad humano, es hermana de la Pincoya y el Pincoy, todos hijos del Millalobo.

Tiende estar en los roqueríos peinando sus cabellos de color oro en busca de algún pescador

Cuando llega a seducir a alguno, lo lleva a las profundidades del mar donde le brinda un tesoro invaluable con la condición de no volver más a la superficie.

A veces se le ve llorando a la orilla del mar, o se puede incluso escuchar sus cantos de amor, cuando esta nuevamente enamorada de algún pescador.







El Camahueto
El Camahueto es muy parecido a un ternero de unos pocos meses, pero con una fuerza descomunal. Tiene un solo cuerno, pequeño, pero con atributos magicos y especiales, que lo hace, muy apetecible para los brujos y curanderos que saben como utilizar sus propiedades magicas.

Este ser, nace entre alguna laguna o lugares pantanosos, donde haya sido sembrado con el cuerno de camahueto, extraído por algun brujo.

Muchas veces aparece , en lugares donde se quiere hacer mal a alguna persona. Su crecimiento es lento, va de 25 años hacia adelante.

Cuando alcanza su adultez, busca el cambio de su morada, en una noche de tormenta, y se abre camino entre arbustos, campos, para llegar al mar. Al suceder esto, se siente un ruido fuerte de matorrales y arboles que se caen, y se oyen sus chivateos en la noche, con un sonido espeluznante.

Al llegar al mar, puede derribar inlcuso embarcaciones que estuvieren a su paso, produciendo grandes marejadas al sumergirse en el mar.

Esta es la ocasión de que un brujo , con la habilidad de lacear, a este ser, segundos antes de tirarse al barranco, y con una cuerda hecha de zargazo. Al poder atraparlo, puede cortar rapidamente el cuerno, y rápidamente se convierte en un buey manso, y de uso doméstico, dejando en el pasado su naturaleza violenta.

domingo, 19 de julio de 2009

Rosalina



Amiguitos hoy día les dejo otro cuento lindo




Había una vez un bosque, que se llamaba BOSQUE DE LA LUZ, en él vivían duendecillos que habían nacido de las flores, sus alas tenían el mismo color que la flor de la que habían nacido.
Una rosa blanca estaba a punto de abrirse, todos la miraban y curiosos se preguntaban
¿Qué será lo que nacerá?
¿Será un duendecillo?
¿Será una duendecilla?
Estaban tan distraídos mirando la rosa que no se dieron cuenta de que el cielo se había cubierto de nubes muy negras y empezó a llover, tan fuerte llovía, que la lluvia arrancó la flor y la arrastró hacia el río.
¡Tenemos que cogerla!
La rosa iba muy deprisa por las aguas del río, y no pudieron alcanzarla por más que lo intentaron.
Todos se quedaron muy tristes, y decían:
Esperamos que algún día, el duendecillo o duendecilla que esté dentro de la rosa, pueda encontrar el bosque de la luz.
La rosa blanca estuvo mucho tiempo en las aguas del río, hasta que un día quedó enganchada en unos juncos.

El hada de las flores, estaba en la orilla peinando sus cabellos, y vio la rosa.
¡Que rosa más bonita!, la cogeré y en mi pelo la pondré.
Cuando fue a cogerla la rosa se abrió y de ella nació una duendecilla muy hermosa, sus alas eran blancas y luminosas, como la rosa.
El hada de las flores sonriendo le dijo:
Ya has nacido y Rosalina te llamarás, el bosque de la Luz tendrás que encontrar, pues allí está tu felicidad.
Y ¿cómo lo encontraré?
Ayudando a los demás el camino encontrarás
Y ¿cómo sabré que lo he encontrado?
Cuando tus alas cambien de color al bosque de la Luz habrás llegado
¡Te deseo mucha suerte duendecilla!
Rosalina se despidió del hada de las flores, y empezó a caminar porque el bosque de la Luz tenía que encontrar.

jueves, 16 de julio de 2009

La gota de agua


Hola amiguito ya se que estas en casita junto a tus familiares disfrutando de tus vacaciones de Invierno pero yo igual te quiero decir que durante algunos minutos del día dediques a leer un buen libro por mencionar te diré que puedes leer por capítulos en voz alta y otros en voz baja, algunos puedes leerlos en el patio de tu casa y otros en esa tranquilidad que conseguís justo antes de dormir.
podrias decirle a tus padres que te relataran este lindo cuento



La Gota de agua
Hans Christian Andersen
Seguramente sabes lo que es un cristal de aumento, una lente circular que hace las cosas cien veces mayores de lo que son. Cuando se coge y se coloca delante de los ojos, y se contempla a su través una gota de agua de la balsa de allá fuera, se ven más de mil animales maravillosos que, de otro modo, pasan inadvertidos; y, sin embargo, están allí, no cabe duda. Se diría casi un plato lleno de cangrejos que saltan en revoltijo. Son muy voraces, se arrancan unos a otros brazos y patas, muslos y nalgas, y, no obstante, están alegres y satisfechos a su manera.

Pues he aquí que vivía en otro tiempo un anciano a quien todos llamaban Crible-Crable, pues tal era su nombre. Quería siempre hacerse con lo mejor de todas las cosas, y si no se lo daban, se lo tomaba por arte de magia. Así, peligraba cuanto estaba a su alcance.


El viejo estaba sentado un día con un cristal de aumento ante los ojos, examinando una gota de agua que había extraído de un charco del foso. ¡Dios mío, que hormiguero! Un sinfín de animalitos yendo de un lado para otro, y venga saltar y brincar, venga zamarrearse y devorarse mutuamente.

-¡Qué asco! -exclamó el viejo Crible-Crable-. ¿No habrá modo de obligarlos a vivir en paz y quietud, y de hacer que cada uno se cuide de sus cosas?

Y piensa que te piensa, pero como no encontraba la solución, tuvo que acudir a la brujería.

-Hay que darles color, para poder verlos más bien -dijo, y les vertió encima una gota de un líquido parecido a vino tinto, pero que en realidad era sangre de hechicera de la mejor clase, de la de a seis peniques. Y todos los animalitos quedaron teñidos de rosa; parecía una ciudad llena de salvajes desnudos.

-¿Qué tienes ahí? -le preguntó otro viejo brujo que no tenía nombre, y esto era precisamente lo bueno de él.

-Si adivinas lo que es -respondió Crible-Crable-, te lo regalo; pero no es tan fácil acertarlo, si no se sabe.

El brujo innominado miró por la lupa y vio efectivamente una cosa comparable a una ciudad donde toda la gente corría desnuda. Era horrible, pero más horrible era aún ver cómo todos se empujaban y golpeaban, se pellizcaban y arañaban, mordían y desgreñaban. El que estaba arriba quería irse abajo, y viceversa.

-¡Fíjate, fíjate!, su pata es más larga que la mía. ¡Paf! ¡Fuera con ella! Ahí va uno que tiene un chichón detrás de la oreja, un chichoncito insignificante, pero le duele, y todavía le va a doler más.

Y se echaban sobre él, y lo agarraban, y acababan comiéndoselo por culpa del chichón. Otro permanecía quieto, pacífico como una doncellita; sólo pedía tranquilidad y paz. Pero la doncellita no pudo quedarse en su rincón: tuvo que salir, la agarraron y, en un momento, estuvo descuartizada y devorada.

-¡Es muy divertido! -dijo el brujo.

-Sí, pero ¿qué crees que es? -preguntó Crible-Crable-. ¿Eres capaz de adivinarlo?

-Toma, pues es muy fácil -respondió el otro-. Es Copenhague o cualquiera otra gran ciudad, todas son iguales. Es una gran ciudad, la que sea.

-¡Es agua del charco! -contestó Crible-Crable.

lunes, 13 de julio de 2009

El árbol que perdió su sombra



Cuando nace un árbol, sus primeros brotes guardan la memoria de aquellos primeros momentos.
Y a medida que el árbol crece y crece, todos sus recuerdos van anotándose, uno tras otro, en sus hojas como si fueran las hojas de un libro; el libro de su vida.
Así, año tras año, en su despertar con la primera luz de la primavera, nuevos brotes de ramas verdes le hacen crecer hacia lo alto, de forma esplendorosa y floreciente.
El árbol va cubriendo su copa de hojas y más hojas, que va llenando de anotaciones, de anécdotas, de buenos momentos, también de alguna tristeza…La copa del árbol se hace más y más frondosa.
Durante el verano, su densa copa nos ofrece una estupenda y serena sombra escrita con todos sus pensamientos. El árbol dedica ahora su tiempo a releer todas sus notas y si nos quedamos sentados bajo su sombra deja compartir con él todos sus pensamientos. Es un lugar perfecto, tranquilo, donde pensar y aprender. La sombra del árbol nos ayuda a crecer.
Cuando llega el otoño, el árbol acaba de releer todas sus notas y guarda sus más bellos recuerdos o aquellos no tan gratos que le permitirán crecer y madurar. Une las hojas formando un pergamino y las guarda envolviendo su tronco, un lugar seguro, que además le hace más fuerte y robusto.
Así, año tras año, su tronco se hace más y más grueso. Si mirásemos en su interior encontraríamos dibujados bellos anillos de pergamino, perfectamente ordenados, que nos cuentan grandes historias de su vida o de cómo le fue durante aquel año.
Con la llegada del invierno, el árbol entra en un dulce y plácido sueño para descansar hasta que los primeros rayos de sol de la primavera le vuelvan a despertar.
Pero en mi jardín hay un árbol viejo que está triste.
Ha llegado la primavera pero no se acuerda de anotar nada en sus hojas. En su copa hay escasamente un pequeño velo de hojas y en ellas sólo veo escritas unas pocas palabras.
Le veo rebuscar en su interior buscando entre los anillos. Entonces, se pone a releer viejos pergaminos para que le cuenten cómo le fue, quien es, qué hacer. Pero está desorientado, porque cada vez tiene menos fuerza para mirar hacia dentro y los pergaminos andan medio revueltos.
Ha llegado el verano. La sombra con todos sus pensamientos es tan pequeña…
Me apoyo en su grueso tronco y miro con tristeza sus hojas. Leo sus palabras, escasas, tan simples y sencillas, tan divagadas. ¡Cuanto añoro la sombra de antaño!
Pero sigo ahí, sentada bajo su escasa sombra, porque es y sigue siendo mi árbol preferido. El árbol que yo más quiero. Y aunque las notas son escasas, las releemos juntos y yo le añado palabras allí donde faltan.
Sé que me escucha y que mientras yo esté sentada bajo su sombra leyendo, mantengo vivo su pensamiento, mantengo viva su memoria.
Así que soy yo quien ahora rebusca en su interior. Cojo algún pergamino de antaño, y le leo lo que en él hay escrito. Y es entonces cuando noto como mueve algunas de sus ramas, como si intentara anotar todavía algún nuevo pensamiento. Quién sabe…quizás anotar la alegría de recuperar aquella la memoria que ya creía perdida.
A medida que transcurre el otoño, con cariño le ayudo a plegar las notas y a hacer el pergamino. Le ayudo a guardarlo para que su tronco continúe estando lleno de pergaminos que lleven su nombre y también el mío escrito…
Llega el invierno pero mi querido árbol no quiere ir a dormir. Se siente agitado y tiene el sueño ligero. Cojo su pergamino preferido y se lo leo. Y con sólo escuchar las primeras palabras se siente un poco más tranquilo y concilia el sueño. Pero aguardo a su lado, velando su sueño.
Y en los momentos más duros del invierno, protejo su tronco desnudo de la fuerte lluvia y de las nevadas.
Abono el suelo para prepararlo para cuando llegue el momento de volver a despertar y la lluvia de abril viene en marzo, apresurada, para regalarle sus primeras gotas de dulce amor primaveral.

Y veo feliz como el Sol sale expresamente de entre las Nubes para ayudarme a templarle porque aún siente mucho frío, mientras el Arco Iris ilumina el cielo de colores para alegrarle el despertar.
Mi querido árbol logra con esfuerzo hacer brotar algunas pocas ramas verdes y hacer nacer algunas pequeñas hojas, pero ya no anota nada. Ahora soy yo quien escribe en sus hojas y quien seleccionara las historias para guardar en el pergamino de este otoño.
Y veo que mi árbol logra con esfuerzo hacer brotar algunas ramas verdes. Pero tiene la mirada perdida, hacia lo alto, y con dificultad me responde cuando le hablo, como si no oyera.
Ayer le encontré otra vez embelesado, mirando hacia arriba. Y al mirar yo también descubrí unos pájaros que han querido hacer nido en sus desprotegidas ramas para ayudarle a hacer sombra. ¡Y me pareció verle sonreír! Parecía agradecido…como quien escucha melódicos trinos que alegran la mañana.
Es otra vez verano pero mi querido árbol ha perdido su sombra. Y aunque ya no sabe quien soy, me siento a su lado, allí donde un día me regaló su espléndida umbría. Ahora soy yo quien escribo por él todas sus notas para poder releerlas juntos como cada verano, para luego recogerlas en el pergamino de este otoño…
Y cuando llegue el frío construiré un invernadero para que continúe sintiendo la calidez de su hogar. Y allí, sentada, apoyada en su tronco, le releerle una y otra vez su pergamino preferido. Y ajenos a la tormenta, pasaremos horas y horas inmersas en extraordinarias historias vividas juntos mientras, a través de los cristales, veamos caer grandes gotas de lluvia.
Y cuando acabe la tormenta y llegue la calma, me quedarán sus preciados papiros y el eterno orgullo de haber gozado de su espléndida umbría.





Fin
Dedicatoria:
‘El árbol que perdió su sombra’ relata de forma metafórica la evolución de la enfermedad de Alzheimer y nos acerca a los sentimientos que la envuelven. Hojas de árbol donde se anotan historias cotidianas, la sombra donde a partir de ellas se construyen los pensamientos y pergaminos de papel que guardan nuestras memorias.

martes, 7 de julio de 2009

El gigante y los pájaros









El gigante y los pájaros

Este cuento describe la injusticia de valorar a las personas por su aspecto físico o sus circunstancias exteriores.

El protagonista del cuento vive el dolor del rechazo y la soledad, porque es más alto que los demás, porque es diferente.

Este es el motivo para que sus conciudadanos lo desprecien y lo humillen sin tener en cuenta sus sentimientos ni sus valores humanos. Estos valores serán reconocidos por unos nuevos amigos, los pájaros, que apreciarán su ternura y generosidad y le darán el afecto que necesita para ser feliz.

Las delicadas ilustraciones consiguen crear la atmósfera de ternura adecuada y acompañan la historia del gigante, que al fin encuentra la felicidad.

Desaparición de la ciudad de La Serena




Hoy veremos lo que es un mito
La palabra “mito” proviene del vocablo griego “mythos”, comúnmente interpretado como “narración” o “relato”.


El mito es un relato tradicional que refiere la actuación memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano.

En la cultura occidental la palabra mito suele ir asociada a los relatos de las hazañas de las divinidades y héroes del mundo antiguo. Suele sugerir un tiempo fabuloso y lleno de encanto, pero también ingenuo y sometido a creencias erróneas, propias de civilizaciones primitivas que se caracterizan por la existencia de formas de pensamiento inferiores al conocimiento científico.




Algunos dichos populares dicen: ?El amor mueve montañas? o ?El amor es más fuerte?, pero tras conocer la siguiente historia deberíamos instaurar uno que dijera: ?El amor hace desaparecer ciudades?.
Y es que la leyenda de la ?Desaparición de la ciudad de La Serena? nos cuenta la historia de Juan Soldado, un joven buenmozo y muy humilde que se enamora de la única hija del rico cacique de la ciudad. Pese al enfático rechazo de su padre, la chica se enamora de Juan Soldado y decide casarse con él. Justo en el momento en que el cura iba a dar inicio al sacramento, en la iglesia se comenzó a sentir un fuerte alboroto. Todos los presentes comentaron que se acercaba a la ciudad el padre de la novia, con la firme intención de matar a los futuros esposos para luego, incendiar y destruir toda la ciudad.

Nadie sabe qué, ni cómo pasó, pero el asunto es que cuando el padre enfurecido pisó los alrededores de la ciudad, ésta de pronto se desvaneció, se esfumó.

Acompañado de sus soldados recorrió a caballo montes y praderas, pero todo era un peladero. La ciudad no estaba. Había desaparecido.

Cuentan que, a veces, por lo general los sábados, las personas que pasan cerca del lugar donde estaba emplazada dicha ciudad, se escucha música y canciones. Otros dicen que para Viernes Santo la ciudad se hace visible a los que la contemplan desde lejos, pero la imagen comienza a desvanecerse en la medida en que la gente se acerca a ella.