martes, 23 de junio de 2009

Arbol sagrado




El canelo,es el árbol sagrado que se llama rehue amarrado a él se coloca un tronco de árbol semejante a una escala, prahue.
Antes de oscurecer, los concurrentes, presididos por la machi, dan cuatro vueltas alrededor del árbol sagrado.

Terminada esta primera formalidad, se amarran al pié del canelo algunos corderos, según el número de reducciones que asistan, de color negro si se desea lluvia y blanco si se pide sol.
Todos alojan en el mismo sitio en que se verifica el Nguillatún o próximos a él.


Al despuntar el alba del día siguiente, comienza el acto. Cuatro o seis hombres les cortan las orejas a los corderos, los degüellan enseguida reciben la sangre en platos. Después se arrodillan estos mismos, vueltos primero hacia el este mojando las orejas en los platos con sangre, hacen ademán con grandes voces, de pasarlas a los Ngúnemapun de la cordillera, a quienes invocan al propio tiempo. Iguales demostraciones repiten hacia el oeste o la cordillera de Nahuelvuta.
La concurrencia también ha permanecido arrodillada, primero vuelta hacia el este enseguida al poniente.
Se levantan a continuación derraman aquéllos la sangre de los platos al pié del canelo
Inmediatamente, todos los asistentes principian a dar vueltas en torno del canelo. A la cabeza van los llancañ que tocan sus pitos retroceden dando la cara a la machi, ésta golpea también su tambor.
Los tres bailan con movimientos acompasados uniformes, moviendo la cabeza a los lados dando pequeños saltos como en el machitun.
La machi canta una plegaria. Pide al Gobernador de la tierra víveres para todo el año: cebada trigo, carne y aves.
Al concluir la cuarta vuelta, la sacerdotisa araucana, jadeante, víctima de una extraña agitación nerviosa, deja su tambor sube rápidamente al árbol sagrado.
Apoyada de espaldas en las ramas gruesas del rehue, queda en una actitud arrobada.
Uno de sus deudos, intermediario entre ella y los concurrentes, le pregunta si ha llegado Ngúnemapun, a lo que la interrogada responde afirmativamente y enumera los cerros más altos de las dos cordilleras..
Transmite entonces el hombre los deseos de la multitud. La machi implora a los espíritus presentes que contestan concediendo lo que se pide en una paternal alocución en que se reprocha la desidia de los solicitantes para celebrar con tan poca frecuencia estos actos propiciatorios.
Baja del árbol la vidente y con todos da otras vueltas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien que en su blogs se de a conocer las raices de nuestro pueblo..

Carmen Gloria